El duelo por el suicidio de un ser amado

Es uno de los tipos de duelo más complejos, dolorosos y devastadores que una persona puede experimentar. La muerte por suicidio trae consigo una serie de emociones intensas y desafiantes que son a menudo más difíciles de manejar que otras formas de duelo debido a las circunstancias tan traumáticas que lo rodean. Las personas que atraviesan este tipo de duelo enfrentan no solo la pérdida, sino también una serie de factores emocionales, sociales y psicológicos adicionales. Aquí te explico algunas de las razones por las cuales el duelo por suicidio es tan complicado y cómo se manifiesta:

1. Sentimientos de culpa y autorreproche

Una de las emociones más comunes que experimentan quienes han perdido a un ser querido por suicidio es la culpa. Las personas a menudo se preguntan si habrían podido hacer algo para evitarlo: “¿Si hubiese intervenido antes?”, “¿Si hubiese dicho algo diferente?”, “¿Si hubiese estado más presente?”. Estos pensamientos pueden llevar a un profundo sentimiento de autorreproche y sentimiento de fracaso. A menudo, los sobrevivientes del suicidio se sienten responsables de no haber podido salvar a la persona que amaban, lo que puede dificultar enormemente el proceso de duelo.

2. Estigmatización y vergüenza

El suicidio sigue siendo un tema tabú en muchas culturas y sociedades. Las personas que han perdido a un ser querido por suicidio pueden sentirse aisladas o estigmatizadas debido a los juicios sociales que asocian el suicidio con la debilidad, la locura o el fracaso personal. A menudo, los sobrevivientes sienten que deben ocultar cómo murió su ser querido por miedo al rechazo o a la condena social. Esta vergüenza y el sentimiento de ser incomprendidos pueden hacer que el duelo sea aún más difícil de manejar.

3. Confusión y shock

Al igual que con otros tipos de pérdida repentina, el suicidio generalmente llega sin previo aviso, lo que genera un shock emocional profundo. Las personas en duelo a menudo experimentan una sensación de desorientación y descreimiento: “¿Cómo pudo ocurrir esto?”, “¿Por qué mi ser querido decidió hacer esto?”. Esta confusión, acompañada de la imprevisibilidad de la situación, puede llevar a la persona a sentirse perdida y abrumada, sin saber cómo avanzar.

4. Rabia y frustración

La rabia es otra emoción común en el duelo por suicidio. El sobreviviente puede sentir ira hacia la persona fallecida, debido a la manera en que la muerte fue llevada a cabo y al impacto que dejó en la vida de quienes lo rodean. Puede haber una sensación de que el suicidio fue un acto egoísta, que afectó profundamente a los amigos, la familia y la comunidad. A menudo, esta rabia se combina con frustración, ya que la persona en duelo no entiende por qué no se pudo evitar, y no puede encontrar respuestas claras.

5. Sentimiento de abandono y dolor profundo

El suicidio, por su naturaleza, deja una sensación de abandono emocional en los sobrevivientes. La persona que se quita la vida no solo deja un vacío físico, sino también un vacío emocional profundo. Los familiares y amigos pueden sentirse rechazados y traicionados por la persona que eligió terminar su vida de esa manera. El dolor de sentir que la persona amada no solo se ha ido, sino que también dejó atrás una sensación de abandono involuntario, puede intensificar el sufrimiento.

6. Tristeza y desesperación

La tristeza profunda es una emoción común en cualquier proceso de duelo, pero en el caso del suicidio, esta tristeza puede estar acompañada por una sensación de desesperación. La pérdida es percibida como irreparable y sin sentido. La persona en duelo puede sentir que su vida ha sido alterada para siempre, especialmente si el suicidio fue inesperado y no hubo signos claros de que la persona estaba luchando con problemas emocionales o psicológicos.

7. Revivir la tragedia y la necesidad de respuestas

A menudo, los sobrevivientes del suicidio se quedan atrapados en el proceso de revivir la tragedia, preguntándose una y otra vez por qué ocurrió. Las personas pueden sentirse impulsadas a buscar respuestas a través de la investigación de las circunstancias que llevaron al suicidio, como si al encontrar una razón pudieran hacer que el dolor fuera más comprensible o más manejable. Sin embargo, en muchos casos, no hay respuestas claras y esto puede dejar a los sobrevivientes con una sensación de desesperanza y de no poder encontrar cierre.

8. Preocupaciones por la salud mental de los sobrevivientes

Los sobrevivientes de un suicidio también pueden estar lidiando con su propia salud mental. La ansiedad, la depresión, el estrés postraumático y otros problemas emocionales pueden surgir a medida que el duelo se intensifica. A veces, las personas en duelo pueden temer por su propia salud mental, preocupándose de que también puedan estar en riesgo de tomar decisiones desesperadas debido a la profundidad del dolor. Este temor adicional puede complicar aún más el proceso de sanación.

9. Impacto en las relaciones familiares y sociales

El suicidio puede generar tensiones y fracturas en las relaciones familiares y sociales. A veces, los miembros de la familia pueden reaccionar de manera diferente al duelo, lo que puede generar conflictos o incomprensión entre los sobrevivientes. Además, puede haber distanciamiento social debido a la estigmatización y la vergüenza asociadas con la muerte por suicidio. Las personas pueden no saber cómo interactuar con quienes están en duelo, lo que puede llevar a la persona afectada a sentirse aislada o incomprendida.

10. Recuperación y proceso de sanación

Aunque el duelo por suicidio es extremadamente doloroso y complicado, es posible pasar por un proceso de sanación. Esto requiere tiempo y, en muchos casos, el apoyo adecuado. Hablar abiertamente con terapeutas, consejeros, o grupos de apoyo específicos para sobrevivientes de suicidio puede ser útil para procesar el dolor, la culpa y la rabia. La aceptaciónde que, a pesar de todo el amor que se tenía por la persona fallecida, el suicidio fue una decisión personal de esa persona, puede ser un paso importante en el proceso de sanación. Sin embargo, este proceso de recuperación no tiene un plazo fijo y cada persona lo vive de manera única.

 Eres más fuerte de lo que crees, vivir es un regalo. 

(16 de septiembre, prevención del suicidio)